Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle, y los
fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe y con
ellos come, entonces el les refirió esta parábola, diciendo: ¿Qué hombre de
vosotros, teniendo cien ovejas, si se pierde una de ellas, no deja las noventa
y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando
la encuentra la pone sobre sus hombros gozoso.
Y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: gozaos
conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido, os digo que así
habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y
nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.
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